Anécdotas
En fin, iré poniendo más cosas curiosas, porque la lista es bastante larga.
Primero fue en mi estancia en Londres y, posteriormente, en mis recientes vacaciones en Ibiza donde me di cuenta del pirateo que estamos sufriendo los taxistas. Aunque sé que no solo ocurre en estas ciudades; sino en muchas grandes urbes como Berlín, París o Nueva York, entre otras, donde amigos de la profesión han corroborado lo que yo ya les había comentado.
Cuando hablo de pirateo me refiero a usar un servicio o producto de forma no legal, afectando en este caso a las personas que se dedican a ello; como en el clarísimo caso de la música o el cine.
En este caso, los “taxis ilegales” se camuflan en zonas estratégicas donde confluyen grandes aglomeraciones de jóvenes; tales como centros urbanos o turísticos y salidas de discotecas. Su finalidad es transportar a los pasajeros (principalmente jóvenes) con un precio pre-pactado. Sí, quizás pactar un precio te haga ahorrar unas perrillas; pero ésta no es la solución. Estás quitando trabajo a profesionales del sector; mientras que otros hacen su agosto a costa de ti; porque ellos no pagan impuestos por licencia de transporte. Debemos luchar contra eso; ya que es el pan que da de comer a muchas familias; entre las que me incluyo.